Fauna zamorana por Laura Rivera

Publicado en La Opinión de Zamora:

Fauna de Zamora

Los únicos ejemplares que sobreviven a costa de los demás son los que están en la cúpula

Laura Rivera.

No quiero entrar en el debate entre "evolucionismo" y "creacionismo" que curiosamente se ha vuelto a poner de moda después de tantos años de la muerte de Darwin, y de la casi unanimidad de la ciencia a favor de la evolución de las especies con sus "misterios" aún pendientes de descubrir.

¡Bueno!, que he dicho y es verdad que no voy a entrar en esa discusión, sino sólo mirar con cariño a los animalitos que por aquí quedamos, tan dependientes los unos de los otros en este ecosistema zamorano -luchando sin saberlo a veces por sobrevivir- que constituimos la fauna, con perdón para quien pueda ofenderse y para los creacionistas que piensan que Dios les hizo un poco más especiales, con alma y esas cosas, a ellos como seres humanos.

Primero voy a alzar mi voz a favor de los animales en extinción no sé si porque el medio en el que viven es hostil o porque hay otros que no les dejan reproducirse. Seguro que todos pensamos en el lobo, el jabalí, el corzo..., que son objeto de protección y de denuncia por los trastornos que causan ante el Consejo Consultivo. Después están las aves, muchas, que se mueren por falta de alimento, y que también tienen su oasis en lugares como las salinas de Villafáfila y Villarrín.

Y luego, aunque no nos guste llamarnos fauna, estamos nosotros, los hombres y sobre todo las mujeres en el sistema económico rural, de los que apenas quedan ejemplares envejecidos cuyas crías no tienen perspectivas de sobrevivir en un ecosistema económico que se ha vuelto hostil, y que pese a las políticas proteccionistas de la PAC no logra mantener la población.

Por si fuera poco, de vez en cuando se organizan "batidas" para que el número de ejemplares descienda. La última ha sido el anuncio de cierre de la Escuela de Pizarra, que sigue al de la Pizarrera, de Riofrío. Pero no podemos olvidar otras batidas como la del descenso de los cupos de producción de leche, de remolacha con el cierre de la Azucarera de Benavente, y hasta de vino, cuando han visto que aumentaban las bodegas.

Pero no sólo hay fauna en extinción en Zamora. Por si fuera poco, de vez en cuando alguien se dedica a echar veneno de manera indiscriminada y aparecen animalitos de diversas especies envenenados, y se amenaza a todos porque ya se sabe que nos comemos los unos a los otros para vivir en eso que se llama la cadena alimentaria.

Víctimas por tanto la mayoría de la fauna provincial, los únicos ejemplares que sobreviven a costa de los demás son los que están en la cúpula del ecosistema desequilibrado que es Zamora: los que se creen desde hace años los reyes de la creación si son creacionistas, o el más alto eslabón de la evolución si admiten la teoría a regañadientes. Los que antes llamábamos caciques, y ahora se llaman autoridades demócratas detentando legítimamente el poder que les da el pueblo, mejor dicho "la ciudadanía", que somos la especie Homo Sapiens con derecho a voto, y que son los que actúan sobre el ecosistema aplicando la ley del más fuerte, o del mayoritario.

No puedo menos que volver a la evolución para recordar que, aunque inicialmente se decía que sobrevivía el más fuerte, después se puso en duda esta afirmación para defender que lo hacía el que mejor se adaptaba. Y yo añadiría, que también el que lucha por cambiar el sistema.

Por eso ante esta situación de crisis del sistema económico, hay que tener claro que la mayoría de la fauna humana somos los más fuertes porque somos más, y vamos a luchar por cambiar el sistema para sobrevivir.

Luego está lo del Ayuntamiento de Zamora, que eso es un espectáculo de "fauna amaestrada", o sea, un circo, en el que los que presuntamente mandan intentan que la oposición baile a su capricho con un azucarillo -caso de Adeiza- o con el látigo de la justicia -si se trata de IU-, sin darse cuenta de que, seamos creacionistas o evolucionistas, tenemos dignidad y defendemos el respeto hacia todos los animalitos que pueblan esta provincia y esta ciudad.

Esta fauna maravillosa que sólo quiere un lugar donde poder vivir, con un futuro para sus hijos, y seguir volando libres sin miedo a que nadie envenene con acusaciones falsas su medio y buen ambiente.