martes, 17 de febrero de 2009

Calma y poca chicha por Laura Rivera

La Opinión de Zamora ha publicado ayer el siguiente artículo de Laura Rivera:

Calma y poca chicha

El Ayuntamiento de Zamora cada vez adelgaza más y a este paso va a caer en la anorexia


Estoy preocupada porque cada vez adelgaza más el Ayuntamiento de la capital, y a este paso va a caer en la anorexia pese a la cantidad de concejalas relacionadas con la salud -incluida la alcaldesa- del equipo del PP. Y es que ya se sabe, se empieza adelgazando con la disculpa de que el aparato administrativo pesa demasiado y no se mueve con agilidad para resolver los problemas, y se puede acabar en la casi inanición de la Institución, con los responsables políticos apoltronados en su sillón por falta de energía, sin más actividad que la lectura en rueda de prensa de lo que les dictan quienes llevan el peso del trabajo municipal.

Hemos estado entretenidos con el vendaval de las semanas pasadas, el político, que empezó con la querella a los concejales de IU, enmarcada en un contexto general de corrupción del mismo partido de la alcaldesa y de algún ejemplar en la provincia como el alcalde de Arcenillas por motivos de urbanismo.

También se han llenado las páginas de periódico y las tertulias zamoranas con el "ruido del Silencio", que no es una figura literaria sino lo que ha dado que hablar la cofradía de este nombre con su negativa a dejar desfilar a las mujeres, y los problemas de conciencia expuestos en la plaza pública de la alcaldesa como tal y como mujer, que parece haber caído en la cuenta ahora de cómo es la Semana Santa de Zamora. Convendría que reflexionara sobre el papel de la mujer en la Iglesia Católica y en otras religiones, para que resolviera definitivamente sobre el tema, y no tuviera en vilo a cofradías, desfiles, juramentos, comidas, fiestas y tradiciones.

La crisis ha ido cayendo como lluvia fina, persistente y constante, empapando la escasa actividad económica en esta provincia, sin torbellinos ni vendavales que pongan en alerta a los servicios de protección, pero calándonos hasta los huesos. Ante ella, dicen los constructores de Zamora que es necesario el Plan de Urbanismo, causa, según ellos, de que se pare la construcción, cuando lo cierto es que aquí no hay quien viva, y si vive no hay quien se compre una vivienda tal y como está el patio de mí casa, que "cuando llueve se moja como los demás".

Pero mientras todo esto sucedía, y alguna cosa más se movía como la eterna discusión sobre un par de campos de golf y otro par de aparcamientos subterráneos, en los que algunos sectores tienen puestas las complacencias del desarrollo de la ciudad de Zamora, el Ayuntamiento se iba quedando en los huesos, y no sólo porque no tenga dinero, sino porque continúa con lo que forma parte de su ideología política: el paso a manos privadas de la gestión de los servicios públicos de las corporaciones.

Sólo en el último Pleno, y sin que se te haya dado ninguna relevancia pública al tema, dos sectores han pasado a manos privadas a través de la constitución de dos sociedades: el turismo, y nada menos que ¡el urbanismo!

A partir de ahora serán los gerentes y los técnicos contratados sin las rémoras de "igualdad, mérito y capacidad", quienes trabajarán en ambas áreas, y los contratos con empresas se harán sin los lentos y tediosos concursos. ¡A dedo y a los conocidos!, que es lo más desengañado.

Las Escuelas Infantiles también van a ser privatizadas, así que nadie se moleste en prepararse una oposición para trabajar en ellas, porque será la empresa correspondiente la que cogerá al personal, según sus criterios. Los suministros, otro tanto de lo mismo.

Y qué decir de lo que ya hacen las empresas: autobuses, limpieza, obras de mantenimiento, ORA y aparcamientos, jardines...

Lo dicho, que la calma chicha que sucede a las falsas tormentas nos deja un panorama de poca chicha municipal, y a la oposición política, a la que se quiere amordazar con querellas, pidiendo información del trabajo municipal a los gerentes, que a lo mejor son más transparentes que los actuales políticos y políticas con mando.

Y eso que la que está cayendo en el mundo capitalista ha dejado claro que la causa de la crisis ha sido la falta de control público de las actividades económicas, o sea, un exceso de neoliberalismo y de confianza en la actividad privada.

Pero eso ¿qué tiene que ver con Zamora? ¡Si aquí tenemos la mejor Semana Santa! Con o sin mujeres.

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