Violencia, hoy toca hablar de violencia.
Todos sabemos ya lo que ha pasado.
El brutal, como tantos otros antes, atentado en Mondragón en el que ha fallecido un ex-concejal socialista y los asesinatos la semana pasada de cuatro mujeres el mismo día a manos de sus parejas o ex-parejas (no entiendo esta clase de amor) nos obligan, como personas que somos, a manifestar nuestra repulsa a esta violencia homicida en particular y a todo tipo de violencia.
Desde aquí queremos sumarnos a la oleada de declaraciones REPUDIANDO tan salvajes actos.
A pesar de la gravedad de los dos actos, la diferencia es que ahora sí se ha interrumpido la campaña electoral y ahora sí que los políticos han visitado a la familia del fallecido: como podéis ver las mujeres no siguen contando demasiado a pesar de la Ley de Igualdad, pero claro, es que el fallecido de ayer pertenecía a la mal llamada clase política.
En fin, parece que debe ser así, aunque desde mi punto de vista los cuatro atentados contra la vida de la semana pasada -y en un solo día- es cuatro veces más grave que éste. Lo mismo pienso de la violencia de género, es bastante más grave que el terrorismo de esa banda de asesinos. Aunque seguro-seguro que estas palabras se malinterpretarán.
Todos sabemos ya lo que ha pasado.
El brutal, como tantos otros antes, atentado en Mondragón en el que ha fallecido un ex-concejal socialista y los asesinatos la semana pasada de cuatro mujeres el mismo día a manos de sus parejas o ex-parejas (no entiendo esta clase de amor) nos obligan, como personas que somos, a manifestar nuestra repulsa a esta violencia homicida en particular y a todo tipo de violencia.
Desde aquí queremos sumarnos a la oleada de declaraciones REPUDIANDO tan salvajes actos.
A pesar de la gravedad de los dos actos, la diferencia es que ahora sí se ha interrumpido la campaña electoral y ahora sí que los políticos han visitado a la familia del fallecido: como podéis ver las mujeres no siguen contando demasiado a pesar de la Ley de Igualdad, pero claro, es que el fallecido de ayer pertenecía a la mal llamada clase política.
En fin, parece que debe ser así, aunque desde mi punto de vista los cuatro atentados contra la vida de la semana pasada -y en un solo día- es cuatro veces más grave que éste. Lo mismo pienso de la violencia de género, es bastante más grave que el terrorismo de esa banda de asesinos. Aunque seguro-seguro que estas palabras se malinterpretarán.
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