El proceso de recogida de firmas continua para evitar el pago indiscriminado que supone el canon digital. Con este psedo-impuesto, cuando grabas un cd con las fotos de tu familia tomadas en vacaciones, estás compensando por la supuesta pérdida que dicen sufrir los pobrecitos artistas, nunca ahítos de acumular riquezas, usando para ello su brazo armado (la SGAE). El pago del citado canon se supone que es para compensar, como ya he dicho, por el derecho de copia para uso privado que recoge nuestra legislación -sí, en nuestro país es legal tener copias de material audiovisual para uso y disfrute privado- pero la forma de recaudación no es justa para nadie; de hecho, se pueden pagar desde unos céntimos a más de treinta (30) euros dependiendo de qué sea lo gravado (sí, como los impuestos, de aquí que muchos llamen al canon digital, impuesto revolucionario). Se cobra como si de un impuesto se tratara, pero el único legitimado a cobrar dichos impuestos es el Estado, con mayúsculas, no pudiendo delegar el mismo en nadie. Otro contrasentido más. Particularmente estoy en contra de todo tipo de canon, la música, los libros, y más recientemente las películas deben pertenecer al procomún, puesto que de ellos manan; mucho más si estan financiados en todo o parte con dineros públicos.
Casualmente, la citada sociedad -sin ánimo de lucro, pero con unas cuántas sociedades dedicadas a obtener beneficios- está regentada por una élite de artistas que sí que tienen derecho de reparto y un montón (la mayoría) que reciben cantidades irrisorias. Estos dicen ser los defensores de la cultura, pero lo único que defienden con uñas, garras y dientes es su estatus y un negocio multimillonario. Si no lo creen, busquen, busquen en la red los ingresos y los repartos de la citada sociedad ¡y alucinen!
De cualquiera de las formas lo mejor es leer lo que la red nos puede dar, no siendo que yo sea muy partidista y tergiverse los hechos o las palabras. Para los que son muy vagos justo en el párrafo anterior pueden seguir el enlace y leer más.
Casualmente, la citada sociedad -sin ánimo de lucro, pero con unas cuántas sociedades dedicadas a obtener beneficios- está regentada por una élite de artistas que sí que tienen derecho de reparto y un montón (la mayoría) que reciben cantidades irrisorias. Estos dicen ser los defensores de la cultura, pero lo único que defienden con uñas, garras y dientes es su estatus y un negocio multimillonario. Si no lo creen, busquen, busquen en la red los ingresos y los repartos de la citada sociedad ¡y alucinen!
De cualquiera de las formas lo mejor es leer lo que la red nos puede dar, no siendo que yo sea muy partidista y tergiverse los hechos o las palabras. Para los que son muy vagos justo en el párrafo anterior pueden seguir el enlace y leer más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario