lunes, 10 de noviembre de 2008

Hilarante

De nuevo, la coordinadora de Izquierda Unida en Zamora, Laura Rivera, nos deleita con su agudo y crítico sentido del humor, y como siempre, publicado en La Opinión de Zamora:

El bastón nuevo de la Policía

LAURA RIVERA CARNICERO.


Como no hay forma de que el bastón de la Alcaldía de Zamora cambie de mano, precisamente la mano de la alcaldesa ha querido dar un toque femenino -no confundir con feminista- a los bastones de la Policía municipal para que hagan daño sin que se note; o como muy bien se explica la protagonista «buscando los puntos dolorosos pero respetando la integridad física».

¡Si es que en algo se tenía que notar, por fin, que nos manda una mujer! Nada de dejar todo perdido de sangre, muelas, pelos y otros apéndices arrancados en la refriega, que luego hay que andar recogiendo y encima dan mala imagen a la ciudad. Que el delincuente quede como un pincel, aunque jodido (con perdón) de dolor en los... puntos dolorosos.

Yo discrepo de que el dolor sea compatible con la integridad física que dice respetar, pero ya se sabe que los de la oposición somos los del no, y no nos conformamos con que se peine literalmente a los delincuentes para que estén presentables tras su detención. También se sabe que en Zamora somos mucho de guardar las apariencias aunque la procesión dolorosa vaya por dentro, y el bastón de "amarras" puede resultar un buen invento para una ciudad que se resiste a perder las buenas formas.

El caso es que un bastón mágico como éste es el que debería llevar ZP a las cumbres de los "ges" para que le dejaran entrar, porque permitiría refundar el capitalismo sin causar lesiones absurdas: manteniendo el dolor en los puntos elegidos sin que se resienta el conjunto del cuerpo social.

El uso del bastón, pequeño en estado normal pero extensible cuando se entra en acción, permite nada menos que controlar, inmovilizar, luxar, proyectar, conducir, bajar al suelo y "engrietar" (que debe ser esposar en lenguaje monárquico, tras conocer por la boca abierta de la reina, con pesadas moscas otoñales, que la unión de gays no es matrimonio y, por lo tanto, menos será esposa lo que une dos manos del mismo delincuente).

Porque al final el palo que nos van a dar es igual de duro, pero al menos será de diseño, cortito para el "pret à porter" en el cinto, pero matón si hace falta para reprimir como está mandado a quien no se deje controlar, dirigir, tirar al suelo más de lo que está, o a quien se quiera movilizar.

Los mismos que diseñaron el aparato financiero que se cae a pedazos y lo alababan frente a los agoreros que hablaban de la especulación, la burbuja y la mentira; esos mismos andan de nuevos gurús económicos contándonos lo de la economía real, el último el paisano Vallvé elogiando la existencia indiscutible del humilde compañero de mesa, garbanzo de la tierra, viejo amigo fiel.

Ellos que llevan años cocinando con productos más tóxicos que los del Adriá y compañía hasta volatilizar la última tajada, vienen con el bastón para darnos donde más nos duele: el sueldo, la casa, el paro... Donde no ha dejado de dolernos cuando no había crisis pero había deslocalización de empresas, falta de competitividad y asfixiantes hipotecas.

Menos mal que esta semana, a la profesional de la reina le ha dado por ejercer de monárquica, retrógrada porque ésta es la esencia de la monarquía, y la alcaldesa ha cambiado el bastón a la Policía. Porque si cambiara el bastón de la Alcaldía, me río yo de lo que iba a preocuparnos la crisis con este entretenimiento que nos traemos y que llamamos democracia, aunque manden los del bastón... los de siempre.

En fin, a ver si refundamos el socialismo, que no nos salió muy bien, y encima perdimos contra estos mantas.


En cuanto a la política municipal (del municipio de Villaralbo) en breve sacaremos algo de punta al tema que estos días nos preocupa: las nuevas normas urbanísticas -que parece que ahora sí van a ser de obligado cumplimiento (¡¡sic!!).

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