miércoles, 22 de octubre de 2008

Reglones torcidos de la Historia



Quizás la Historia, como dicen de Dios, también escriba a veces con renglones torcidos, o eso es lo que queremos pensar los optimistas históricos empeñados en creer en la emancipación del ser humano, pese a la realidad que no es más que una circunstancia cambiante, para muchos adversa, para más, trágica.
En estas reflexiones andaba yo, pensando que la última crisis del capitalismo ha llevado a liberales, ultraliberales, neoliberales y social liberales a nacionalizar la banca, sin convertirse en rojos peligrosos ni siquiera sonrojarse por renegar de su ideología, hasta anteayer propia de populismos bananeros de las colonias americanas, y que desde hace años estaba en el programa de la izquierda tachada de utópica en el mejor de los casos y de retrógrada no en el peor...
Y seguía pensando que una vez más corremos el peligro de perder una oportunidad histórica por no estar preparados para cuando se den las circunstancias revolucionarias adecuadas, y que la crisis se puede resolver con más dinero de todos para los ricos y más pobreza de ellos sólo para los pobres, más paro para los trabajadores y congelación para las clases medias ahorradoras, en medio del silencio de la izquierda que "ni piensa, ni actúa, ni arriesga", como dice Saramago después de apoyar la marca de la "ceja ZP" y mirarnos con los ojos del que sabe...
Y en estas andaba aún, pensando que ZP negó la crisis hasta que nos entró el miedo en el cuerpo individual y social y nos empapó hasta los huesos, para que admitiésemos sin rechistar pasarle el dinero a los bancos en riesgo de quiebra -¿qué fue de los paraísos bancarios?- con el fin de salvar los muebles, los inmuebles, el automóvil y el plazo fijo, aunque caigan despidos en las empresas y reducciones de personal entre los funcionarios...
Y por si fuera poco, oigo que a la crisis se suma la alcaldesa de Zamora anunciando sutilmente subidas de impuestos porque el Gobierno y la construcción nos quitan un par de millones para gastar, y colando de paso un déficit de más de ocho millones de antaño, cuando la crisis no existía y el déficit era negado más veces que Cristo por sus antecesores en el puesto.
Y el "ruido de llaves" de la ciudad que se oía desde el inicio, cada vez era más fuerte porque ni en el subsuelo se construían aparcamientos, ni sobre la tierra se trazaba el plan de urbanismo, y mientras tanto los gobernantes de doña Rosa se instalaban en el limbo...
Cuando... ¡hete aquí que la historia local se pone a escribir sus renglones torcidos con palabras de soledad y viudez fuera de la Semana Santa!, denunciando la utilización del victimismo con desacertadas frases (por estar dentro de un contexto), que tocan la fibra íntima de una mujer y de un pueblo que vibran al menor contacto de sus imágenes y sus símbolos...
Y pensaba yo que con estas historias de renglones torcidos quizá se podría enderezar el desgobierno municipal, algo así como lo de la nacionalización de la banca y de lo público, que nos llevara a la verdadera democracia de los ciudadanos y no de los poderes fácticos de toda la, triste, vida social.
Pero claro, para eso nos tiene que pillar a los de la izquierda preparados, porque si no, volveremos a las andadas, capitalistas unas y capitalinas las otras.
Luego pensaba en lo de la solidaridad con la mujer por ser mujer. Y yo no olvido que los y las que mandan en el Ayuntamiento actual me acusaron de enriquecerme como matrimonio político por estar casada... y ser mujer. Otro renglón torcido de la pequeña historia que alguna vez se enderezará para todas las mujeres, incluso aunque no sean alcaldesas ni concejalas.

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